Las 6 de la mañana son muy oscuras en tierras indias, poco tráfico y el sueño nos puede en los primeros km. El primer pit-stop lo hacemos en un puesto de carretera y nos pedimos las famosas pakoras, todo tipo de verduras rebozadas y fritas en aceite, con salsa agripicante están para chuparse los dedos.
Seguimos nuestro camino y el Tata empieza a dar los primeros signos de debilidad, abrimos el capó y el líquido refrigerante de color verde fosforito aparece fuera de su recipiente, alguna perdida tenemos. El rellenado con agua de grifo no me deja muy tranquilo, ya que los indicadores del Tata, tanto el velocímetro, como la temperatura no funcionan del todo bien, el Tata va frío según el indicador con 35º la sombra y el velocímetro marca 100kmh cuando no vamos ni a 40kmh, estos coches indios...
No hubo que hacer más apaños y el Tata respondió bien al agua de grifo. La carretera fue tranquila hasta que llegamos a Pali, allí en la high way 14 dirección Mumbai nos esperaban cientos de camiones y un calor asfixiante durante 70km. Gracias a que Lakhan es un buen conductor vamos muy tranquilos, pero ver a los camioneros hacer de las suyas es de película de terror.
La carretera a la izquierda desde la 14 hacia Ranakpur nos llevará durante 45km con poco transito, pero no sin sobresaltos. Pasando un poblado a un personaje en moto con su mujer y sus dos niños le debió de sonar el móvil y estaba conduciendo directamente a 30kmh hacia nosotros con toda su familia, Lakhan prácticamente parado, pitando y gritando sus plegarias al personaje evita lo inevitable, No acaba aquí la cosa, después de unos bachecillos sentimos que el Tata va pinchado, bajamos a comprobar y la rueda esta prácticamente desintegrada, como si hubiese reventado, a otra rueda de la parte delantera se le ven los hierrecillos, como si hubiésemos pisado cuchillos. Ponemos la de repuesto en la desintegrada y a 2km cambiamos las dos cubiertas. Solo estamos a 8km de Ranakpur, que alivio...
El hotel que ha elegido Lakhan en medio de la jungla, esta muy chulo, son tiendas de campamento gigantes con un baño fijo, otra experiencia más. Montones de loros, pájaros carpinteros, sonidos y gente diferente son nuestras primeras impresiones.
A la prisa dejamos el hotel y nos vamos a ver un Jain Temple dedicado al dios Adinath de unos 650 años, que esta hecho de mármol blanco y su particularidad es que tiene 29 halls sustentados por 1444 columnas esculpidas todas de manera diferente. Silencio en la belleza es lo que se me ocurre para describir las sensaciones, muy diferente a tantos y tantos templos que hemos visitado, uno de los más bonitos sin duda.
Lakhan nos propone ir por un sendero para llegar a un lago en el que supuestamente hay cocodrilos. Después de la caminata y preguntando a la humilde gente que vive en la orilla del lago en sus casas hechas de ramas y hojas, la vista no nos alcanza a ver si están o no donde ellos nos dicen, por lo cual, nos dejamos de buscar los lagartos. Una mujer con la que Lakhan ha estado hablando que se dedica a la agricultura y tiene un par de cabras nos invita a tomar te indio en su casa de 4x4. Después de ordeñar la cabra, allí estamos todos en el suelo con el fuego, el chai y las traducciones de Lakhan.
Ha sido un día duro, pero nosotros disfrutamos mientras otros sobreviven en muy malas condiciones.
Mañana Kumbalgarh, y carretera de jungla hasta llegar a Udaipur...
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