*** PUSHKAR ***

18/01/10
Dejamos Jaipur con la sensación de haber pasado buenos momentos en la capital de Rajasthan, nuestro nuevo destino Pushkar esta a unas 3h o lo que es lo mismo 125 km indios. El trayecto se hace muy agradable con las anécdotas del siempre feliz y sonriente Lakhan. Gracias a su velocidad tortuguera evitamos la colisión con una manada de vacas que cruzo la mediana de la autopista de 3 carriles por la que circulábamos y no perder la ocasión de ver unos antílopes salvajes en lo que ya empieza a parecer un paisaje desértico.La pequeña carretera que va desde Kishagarh hasta Pushkar nos traslada de nuevo al pasado.
Nada más llegar a Pushkar encontramos alojamiento por 400 rupias y comimos genial.
El pueblecito sagrado de Pushkar tiene un ambiente muy especial por lo místico y espiritual de todo lo que acontece. Hay 52 Ghats ( especie de piscinas ) que contienen agua sagrada donde los peregrinos se bañan y hacen sus ofrendas, se dice que todo Hindú tiene que venir por lo menos una vez en la vida. Hay varios Ghats importantes, el Varah Ghat donde el dios Vishnu se apareció y el Gandhi Ghat donde se esparcieron las cenizas de Gandhi y cientos de templos.
En el bazar se puede encontrar de todo a precios muy buenos, plata, decoración, ropa... una auténtica ganga, aunque el regateo juega una gran importancia, Cathrin empieza a diplomarse en el arte.
Pise mi primer zurullo pastelero de vaca con semillas sin digerir, puaaag que asco (se pueden pisar cosas peores).
En Pushkar toda la comida es vegetariana, y nos estamos empezando a aficionar ya que llevamos 5 días sin probar el pollo, ya que no era bien recibido en el estomago. Paramos en un puesto callejero donde nos han preparado un rollo con falafel, humus, tomate, cebolla y patatas fritas de ensueño por 50 rupias, menos de 1€.
Al final se nos han pasado 10h en el paseo donde nos ha pasado de todo, calor, sunset, compras, apagón, pisotón a zurullo de vaca, dana dan paisa, han bautizado a Cathrin con nombre Hindú y la han llamado DESEO (que bonito) y sobre todo hemos sentido con fuerza la espiritualidad del lugar y de lo peculiar de sus gentes, verdaderamente Pushkar nos ha tocado la fibra. Si alguien quiere sentir buenas vibraciones que se pase por Pushkar.